Samp equivoca la tarde y pierde el derby
Hay tardes que empiezan mal
y acaban aún peor. Hay tardes como el derby de la Lanterna, fichas que
no se pueden equivocar por nada en el mundo, sobretodo si hay una
gradería y tres cuartos de un estadio espectacular que te apoyan.
Demasiado afectada e incoherente, la Sampdoria esta vez equivocó la ficha.
Más por su deméritos que por méritos de los demás, cayendo cada una de
las tres veces en las que los rivales ciudadanos – en un partido tan feo
como interrumpido – han ententado lograrlo más seriamente.
Ex. La Samp que se presenta después del aguacero que se abatió sobre Marassi es lo que ya estaba anunciado. Falta sólo Soriano porque Delio Rossi prefiere el último llegado Bjarnason. Gastaldello y compañeros empiezan en la manera justa pero con la primera pelota útil los rossoblù ganan la ventaja. Estamos al minuto 9 cuando Biondini tira en el centro desde la izquierda, el ex Antonini choca en vuelta desde el corazón del área y derrota Da Costa sobre su palo. Gabbiadini intenta pronto a golpear: Portanova lo bloquea en lo mejor.
Tentativas. Embotellados en el tráfico de camisetas bicolores, los blucerchiati intentan la solución desde la distancia. Las tentativas de De Silvestri y Gabbiadini no generan aprensiones en Perin, que arriesga mucho al minuto 35 por una deviación de Calaiò después de un saque de esquina de Eder.
Mal. Desde los vestuarios, el Doria regresa con un Bjarnason en menos y un Soriano más. Pero el efecto no es lo esperado. Porque Gilardino lanza en el espacio Vrsaljko, el croata se va hacia el fondo y centra por Calaiò. Apostado sobre el primero palo, el ex napolitano no se equivoca y duplica al minuto 5. Y al 21 los rossoblù obtienen hasta el tercer gol, gracias a Lodi y a un izquierdo sobre falta que no deja salvación a Da Costa. Rossi juega las cartas Sansone y Pozzi (por Regini y Eder), pero el tiempo pasa inexorable y, para nosotros, no occure nada de bueno. La derrota es neta y duele, mucho. Ahora hay que levantarnos. Lo más pronto posible.